El yoga no consiste sólo en ejercicios, en el tratamiento físico de las dolencias físicas;
consiste en la consecución de una paz profunda, de una calma interna que fluye de la
armonía que se alcanza entre la mente y el cuerpo, entre tu persona y el mundo que te rodea.
Muchos médicos están convencidos en la actualidad de que las dolencias tales como
enfermedades mentales, cáncer, esclerosis múltiple, artritis, úlceras pépticas, tensión
sanguínea, afecciones cardíacas y envejecimiento prematuro, están causadas por una
incapacidad para hacer frente al estrés. Comprender el estrés y enfrentarse a él supone un
paso importante para comprender la mala salud y enfrentarse a ella. La clave para conseguir
belleza y salud duraderas, paz profunda y calma interna está en usar el estrés para beneficio
propio. Todos necesitamos estrés para vivir. Sin retos físicos y mentales nuestro cuerpo se
vuleve endeble y perdemos la emoción de una vida llevada con entusiasmo.
El secreto para controlar el estrés está en crear un modo equilibrado de vida. ¿Cómo?
Cumplimentando un programa de moderación en la bebida, suficiente descanso, dieta
equilibrada, ejercicio diario y relajación apropiada.
Existen diversas formas de yoga adaptadas al temperamento de cada uno o sencillamente a
sus aspiraciones. El Hatha Yoga puede practicarse disociado de toda tendencia espiritual, se
ocupa específicamente del cuerpo, proporciona métodos mediante los cuales pueden
purificarse los órganos internos y adquirir perfecta salud; representa además un camino muy
directo para enfrentarse a las dificultades personales y a los sentimientos y hábitos
indeseables; él se encuentra adaptado a las necesidades del hombre de hoy, siempre con
prisas, que está como “sobre ascuas”.
Representa más que una educación física, es también un “arte de vivir”, una forma de
comportarse mental y físicamente en cada instante de la vida. Es, ante todo, un estado del
espíritu que conviene adquirir y que modificará nuestro comportamiento habitual, pues
existe una relación recíproca de lo físico con lo mental que nadie puede negar. Poco a poco,
el Hatha Yoga “remodela” al individuo en el plano corporal la silueta se alarga, se afina,
gracias a la respiración y a la relajación, el sistema nervioso tan sobrecargado vuelve a
encontrar el equilibrio perdido. El resultado positivo es el dominiio real de las emociones y
las situaciones difíciles.
Practícalo con paciencia y perseverancia y recuerda ser benévolo contigo mismo. No hay
necesidad de comparar tus avances con las de los demás, simplemente hazlo lo mejor
posible, disfruta con los ejercicios. Su meta es el florecimiento del hombre y no una simple
educación física. Con él lograrás tu equilibrio nervioso y hallarás de nuevo tu bienestar y
plenitud.
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